sábado, 31 de enero de 2015

Nunca lo sabrás.

Sufro al verte cada día, pero peor lo paso esos grises días en los que mi mirada no se ilumina al verte.
¿Y por qué te sigo mirando cada día,cada mañana? ¿Por qué continúo sonriendo cada vez que me diriges una sola palabra, aunque sea la más borde del mundo?
Sé que no me quieres, ni quizás juegues conmigo; quizás sólo seas conmigo como eres con las demás. Ojalá tenga algún día el valor de dirigirme a ti para hablarte de todo lo que siento.
Eres tan borde y seco pero para mi tan dulce.que nada tiene sentido...menos a tu lado. Nadie podría comprender por qué me gustas tanto.
Maldito día aquel que me rozaste la cintura, aquel mediodía en el que pasaste tu brazo por encima de mis frágiles y asquerosos hombros; tú sin querer nada, yo imaginándolo todo. Aquel fue el día en el que me comencé a verlo todo muy distinto. ¿Por qué no aproveché aquel mínimo y fugaz instante?
No sabes las ganas que tengo de gritar que estamos juntos o mejor callárnoslo todo para nosotros, una historia secreta: tu y yo solos una tarde, piénsalo. Una pena que nunca vaya a ocurrir.
Aunque seamos realistas: después de todo...ya no se si te quiero. No sé lo que siento, quizá haya empezado a olvidarte, o quiza haya empezado a asumir que tu nunca...que nada entre tu y yo va a suceder. Jamás.
No quiero joderlo, y por ello jamás preguntaré pero siempre me quedará esa duda: ¿Por qué pasaste tu delicado brazo por encima de mis odiosos hombros? ¿A caso sabías lo que para mi significaba? No lo creo y nunca, jamás lo sabrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario